Hay oportunidades que se van tan inesperadamente como llegaron, en mi caso, hace 3 años tuve una pasantía que se convirtió en trabajo presencial. Un gran hito para mí en su momento, ciertamente no era mi primer trabajo, en ese punto ya tenía aproximadamente 5 años trabajando de forma remota, pero sí era mi primer trabajo trabajo, con horario, puesto de trabajo y, otras personas. A principios de mes, una tarde soleada de agosto como cualquiera otra, la empresa simplemente dejó de existir. Sin advertencias, avisos o señales que anticiparan su final. Siendo el último día del mes donde ocurrió me parece apropiado reflexionar sobre lo que pude aprender en mi pasaje por esta empresa.
La rutina es importante
Debo admitir, a pesar de tener 5 años trabajando remoto al momento de comenzar mi pasantía aún había algo que no había terminado de entender: la importancia de cumplir una rutina. A pesar de que es uno de los consejos más comunes entre freelancers, no llegué a entenderlo hasta que me ví obligado a cumplir con un horario. A pesar de que cumplir horarios pueda parecer tonto a veces, realmente hay momentos donde no hay nada que hacer (ejemplo: son las 4pm y ya terminaste tus deberes del día y no hay tiempo suficiente para otra tarea). Hay un factor importante en la productividad, no es un proceso lineal, y a veces requiere de periódos donde nada sucede: estás limpiando la cafetera, tomando un descanso para estirar las piernas, y de repente surge una idea o un avance que quizás no se hubiera manifestado de otra forma. Está por otro lado el factor humano en esto, como una especie de contrato social que se forma en tu mente que incluso te empieza a empujar a cumplir tu horario, tu mente empieza a formar juicios: «si 50 personas llegan a tiempo todos los días ¿por qué tú no?»
Microcosmos social
Quizás lo primero que me sorprendió los primeros días, fue el recordatorio de que en el mundo real, las sensibilidades con respecto a temas sociales que quizás estaba acostumbrado a ver en internet, no son tan comunes. Lo segundo fue ver que real, realmente, nada cambia desde el liceo (secundaria) al parecer, las dinámicas sociales son las mismas, amiguismo, celos, solo que ahora con presión arterial elevada. El estatus que viene con un cargo, el miedo que puede infundir en otros, la jerarquía es era claramente visible incluso sin necesidad de conocer el organigrama de la empresa.
Ideas que solo nacen en conversación 🦆
Posiblemente esté refiriéndome sin saberlo al fenómeno Rubber Duck Debugging, donde en teoría al hablar con un patito de hule, te ayuda a estructurar tus pensamientos y eventualmente llegar a una solución al problema. Por mi parte, encontré que es mucho más enriquecedor cuando compartes tus ideas con otras personas que pueden aportarte ideas brillantes o incluso señalar detalles que pudiste haber pasado por alto, a veces al pasar mucho tiempo en un problema desarrollamos visión de túnel y perdemos el esquema general de las cosas.
Oportunidades sociales
Inevitablemente, estar en una empresa ofrece constantes oportunidades de interactuar con personas, practicar habilidades sociales básicas y oportunidades de conocer personas nuevas, he descubierto que al menos para mí, en la vida adulta es difícil encontrar esos lugares donde hay un pretexto para conocer personas nuevas, claro está que es un problema exacerbado en mí por mi naturaleza introvertida.
En fin, si bien los trabajos presenciales pueden no ofrecer la mejor remuneración o todas las garantías que requiere la ley, el aspecto más valioso que tienen son las personas que hacen vida en ellos, es algo que estaré intentando reemplazar, espero no en vano, en el futuro como independiente que me espera.